martes, 19 de marzo de 2019

“TheLibrook, un espacio para los amantes de los libros. Hoy presentamos: “No voy a pedirle a nadie que me crea”, del mexicano Juan Pablo Villalobos".

“TheLibrook, un espacio para los amantes de los libros”

Hoy presentamos: “No voy a pedirle a nadie que me crea”, del mexicano Juan Pablo Villalobos.

No voy a pedir que creas lo que te digo.
Julio Sarabia



No tenía ni idea de quién carajos era Juan Pablo Villalobos, pero sin duda he dado con un acontecimiento literario. Esta novela me gustó por dos razones primordiales:

A)     La compré en el metro Tacuba, estaba ahí como no queriendo la cosa, acomodado (quizá más bien olvidado) en el puesto de una chica que vendía solo libros de autoayuda; cuando lo vi me pareció extraño y lamentable, casi tuve lástima de él, fue como encontrar una joya entre tantas piedras. Lo curioso es que no lo compré ese día, sino una semana después de pasar por el mismo lugar y adoptarlo. 
B)      Hay muchas maneras de escribir una novela (y muchas lecturas), y esta es sin duda una de las más divertidas y complejas. Estamos frente a un merecido premio Herralde. Es una novedad de 2016 y la puedes conseguir en Librerías Gandhi, quiero leer más del autor.

Argumento: Juan Pablo (el personaje) llega a Barcelona captado en México por una organización mafiosa, adonde le metió un primo (que será asesinado, o no, aquí no hay certeza de que lo que sucede realmente ha sucedido), en calidad de enlace para una actividad ilegal, pero sobre todo amenazante. De manera que va a ser manejado por esa organización que traspasa fronteras y está incrustada en la sociedad catalana.

Estilo: La novela incluye un festivo juego de perspectivas dislocadas, una colisión de géneros. Confronta la voz del narrador, su tembloroso testimonio, con el diario desquiciado de su novia (que vive prácticamente en la indigencia), con las cartas de su difunto primo y con los largos correos que le envía su madre, una mujer que habla de sí misma en tercera persona con una ternura cínica que resulta incluso encantadora.

La novela, de hecho, no tiene final y queda varada, sin condescender a solucionar los embrollos que atenazan al pobre Juan Pablo. No obstante la novela siempre fue eso, una suerte de embrollos, citas literarias, humor, sátira que dudamos sea o no verdad, una especie de autobiografía novelada que tiene más de ficción que otra cosa, ya sea porque los personajes son tan reales viviendo cosas irreales o porque la realidad supera la ficción que los personajes tiene que ser eso, una ficción.

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