jueves, 4 de abril de 2019

Hoy presentamos: Departamento de especulaciones, Jenny Offill


“TheLibrook, un espacio para los amantes de los libros”
Hoy presentamos: Departamento de especulaciones, Jenny Offill
Editorial: Libros del Asteroide

6º libro 
2019

 

Departamento de especulaciones (Libros del Asteroide, 2016), la segunda novela de Jenny Offill, es de lectura veloz y digestión lenta. Su argumento es banal (las preocupaciones de una madre, esposa y escritora) y ambicioso (la vida, al fin y al cabo). Su estructura, desmenuzada en párrafos de unas pocas líneas que hacen saltar de un tema a otro sin cesar, es innovadora, pero no vanguardista: el espectador de cine de acción, el de teatro contemporáneo, el lector de poesía, el seriéfilo no se espantará ante semejante ritmo de montaje.

Híjole, quiero ser benevolente con este libro, la primera vez que lo leí fue en 2017 y quizá porque estaba en otra sintonía, me gustó. Hoy, por el contrario, me pareció una lectura por momentos aburrida, incluso que no parece ir hacia ninguna parte. Aunque se reconocen algunas cosa, por ejemplo el ritmo vertiginoso de su historia, acompañado de una especie de prosa poética muy recurrente en la narrativa actual. Su historia va de la cotidianidad, a través de los ojos de una mujer que es una madre con una hija brillante, una esposa con un matrimonio derrumbado y una escritora de encargo cuya novela parece hablar de todo y nada. Me parece una novela de momentos, de frases cortas, de instantáneas a ratos mal enfocadas, de frases y citas librescas; una novela de intimidad, de confesiones, de miradas, de gritos ahogados y todo en fragmentos breves muy intensos.

Nota final: La editorial me encanta, cuenta con títulos imperdibles, he leído un par de novedades que me gustaron mucho, espero regresar con nuevas lecturas más deliciosas y suculentas. Vaya, pero no se desanimen, es un libro que se lee rapidito, en una tarde de lluvia o dos o tres o diez o dependiendo de tu ánimo y seguro le sacas cosas valiosas, lo prometo.

“Ahora llueve más. Los dos se están calando hasta los huesos. ‘Diez minutos –grita la esposa en un segundo plano-. ¡Sólo diez minutos! ¡Me bastan diez minutos!’ La esposa, que casi nunca le ha gritado, y mucho menos en público. Ahora es importante cambiar el punto de vista. La esposa se da cuenta de que le duele el pie de las patadas que le ha dado a la máquina expendedora de periódicos. Se pregunta si lo habrá roto. Aquí haz una pausa. Un respiro antes de que la acción continúe. El marido termina de hablar por el móvil. Le tiemblan las manos. ‘Ya viene –dice-. Estará aquí en un segundo.’” (pág. 127).

Jenny Offill




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